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Sacerdote impone piedra para los chicles.

Thursday, July 28, 2011

Jenny Carolina González C/EDLP

Bogotá — Dejar el abrigo en el guardarropa del teatro, los paquetes en los casilleros de los supermercados o los celulares en cajillas antes de entrar a sitios gubernamentales no es nada novedoso en el mundo, pero dejar el chicle a la entrada para reclamarlo a la salida sí que lo es.

Sin embargo para los feligreses de la parroquia San Sebastián en Roldanillo, en el departamento del Valle al occidente del país, es una práctica obligatoria si quieren participar de los oficios religiosos del padre Bernardo Echeverry.

"Favor pegue su chicle aquí al entrar y recójalo a la salida. Gracias", dice el pedestal coronado por una gran roca, destinada a dejar la goma masticable y ubicada a la entrada de la iglesia.

"Es un llamado a la decencia, porque me canse de que se coma chicle en la misa y lo peguen en las bancas, que coman helado, que suene el celular", le dijo el sacerdote a El Diario/La Prensa.

El prelado explicó que la medida ha dado resultado, porque al día siguiente de puesta la piedra no había pitillos, papeles, ni servilletas tiradas dentro de templo.

"La gente va perdiendo el respeto hacia las cosas, es un problema de la sociedad, ya no hay las normas básicas de civismo y urbanismo", aseguró Echeverry.

La idea para llamar la atención sobre las buenas costumbres ha sido tomada con risa entre los habitantes, pero apoyada al mismo tiempo. "Es la mejor, por una parte es una innovación, porque es algo que nunca se había visto en una parroquia, y además la piedra es bien grande para que nadie tenga la disculpa de que no cabe su chicle", aseguró Nelson Ramírez, ciudadano de Roldanillo.

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