Jenny Carolina González C.La gloria, magdalena/Corresponsal EDLP — Montado en su burro cargado con libros, Luis Soriano parece un personaje que escapó de las páginas de un libro de Gabriel García Márquez, para vivir el realismo mágico en carne propia.
Profesor de escuela primaria, dedica gran parte de su tiempo libre a recorrer las zonas rurales de su municipio La Gloria, en la costa norte, para acercar los niños a la lectura.
Ariel, un asno hembra es un animal singular que contradice el estigma popular de esta especie. Cargando en su lomo todo el peso de la intelectualidad, se le conoce como el Biblioburro.
La idea nació hace 10 años cuando soriano de 39 años y profesor desde los 16, empezó a angustiarse porque sus alumnos no cumplían con las tareas porque no tenían textos escolares.
"Cuando existen tantas necesidades uno tiene que volverse parte de la solución", dice Soriano.
Entonces cargó a Ariel con una enciclopedia que tenía en su casa y se fue a la casa de sus alumnos para que los chicos tuvieran como consultar. Así, terminó asesorando no solo a sus estudiantes, sino a los de la región. Sus lectores están dispersos en una vasto territorio que le pueden representar trayectos de hasta tres horas bajo un sol de 38 grados.
"Me parece muy chévere, porque he visto libros que no pensaba que existieran", dice Luz Mary Sarmiento, de 13 años, estudiante de primero de bachillerato de la escuela de la vereda Santa Isabel.
El Biblioburro, reconocido en todo el país, ahora tiene más de tres mil títulos, gracias las donaciones que ha recibido.Pero como Ariel solo puede cargar en promedio 120 libros en cada jornada, Luis sueña con construir la primera biblioteca de su comunidad que ya va en obra negra, pero que necesita recursos para ser terminada
Este profesor sueña con que la lectura les muestre nuevas alternativas a los niños de su región y los aleje en el futuro de la posibilidad de entrar a los grupos armados ilegales: "lo que hace el Biblioburro es cambiar la mentalidad a mediano plazo".
Es domingo y como muchos fines de semana, Soriano se despide de su esposa y tres hijos para emprender una nueva jornada con su Biblioburro. Llego cansado pero satisfecho de haber contribuido al desarrollo de este país", asegura
Profesor de escuela primaria, dedica gran parte de su tiempo libre a recorrer las zonas rurales de su municipio La Gloria, en la costa norte, para acercar los niños a la lectura.
Ariel, un asno hembra es un animal singular que contradice el estigma popular de esta especie. Cargando en su lomo todo el peso de la intelectualidad, se le conoce como el Biblioburro.
La idea nació hace 10 años cuando soriano de 39 años y profesor desde los 16, empezó a angustiarse porque sus alumnos no cumplían con las tareas porque no tenían textos escolares.
"Cuando existen tantas necesidades uno tiene que volverse parte de la solución", dice Soriano.
Entonces cargó a Ariel con una enciclopedia que tenía en su casa y se fue a la casa de sus alumnos para que los chicos tuvieran como consultar. Así, terminó asesorando no solo a sus estudiantes, sino a los de la región. Sus lectores están dispersos en una vasto territorio que le pueden representar trayectos de hasta tres horas bajo un sol de 38 grados.
"Me parece muy chévere, porque he visto libros que no pensaba que existieran", dice Luz Mary Sarmiento, de 13 años, estudiante de primero de bachillerato de la escuela de la vereda Santa Isabel.
El Biblioburro, reconocido en todo el país, ahora tiene más de tres mil títulos, gracias las donaciones que ha recibido.Pero como Ariel solo puede cargar en promedio 120 libros en cada jornada, Luis sueña con construir la primera biblioteca de su comunidad que ya va en obra negra, pero que necesita recursos para ser terminada
Este profesor sueña con que la lectura les muestre nuevas alternativas a los niños de su región y los aleje en el futuro de la posibilidad de entrar a los grupos armados ilegales: "lo que hace el Biblioburro es cambiar la mentalidad a mediano plazo".
Es domingo y como muchos fines de semana, Soriano se despide de su esposa y tres hijos para emprender una nueva jornada con su Biblioburro. Llego cansado pero satisfecho de haber contribuido al desarrollo de este país", asegura
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